Una Nochebuena diferente

No sé si me voy a meter en un lío escribiendo esto, pero así soy yo, cuando necesito hacer algo, o lo hago o exploto.

Jamás me había sentido tan triste un día tan señalado como el de hoy, en esta familia somos bastante de juntarnos y esas cosas y nuestra tradición marca viajar a Zaragoza para ver a la familia de mi marido y al día siguiente volver corriendo para comer con mi familia.

Pues este año, nada de nada, todo por los aires. Nosotros no podremos viajar a ver a la gente que queremos, pero lo que más me duele es mi hija, la ilusión de ver a sus abuelos, a sus primos, los regalos, la cena....y la decepción que lleva encima ya que llevamos un mes diciéndole que ahora no se podía salir, pero que en Navidades, seguro, seguro, iríamos a ver a los yayos.

Hay tantas cosas que no entiendo y voy a manifestarlas le pese a quién le pese:

¿Por qué una persona de Alicante puede venir a Valencia a estar con los suyos y nosotros no podemos ir a Zaragoza?

¿Por qué un ciudadano europeo puede venir a Valencia con una pcr hecha a darse una vuelta por nuestra tierra y nosotros no podemos ir a Zaragoza con pcr o sin ella?

¿Por qué es más peligroso que vayamos nosotros a casa de mis suegros, que que estén abiertos los centros comerciales y a tope de gente?

¿Por qué se puede ir a un bar o a un restaurante 20, y si te ponen en mesas de 6 ya vale?

¿Soy yo, o nada de esto tiene sentido?

Indudablemente cumpliremos todas aquellas normas que nos impongan (las que tienen sentido y las que no, eso sí, mejor si lo tienen, nos hace sentir menos imbéciles) incluso en esta noche tan familiar que celebraremos sin familia. 

Esperemos que el año que viene las cosas se normalicen y podamos volver a disfrutar de los nuestros. Ese va a ser el único deseo para el 2021.

Os deseo a todos una feliz noche, la celebréis como la celebréis, y que el dañado espíritu navideño nos inunde como pueda.